domingo, 16 de diciembre de 2007

Volver a empezar

Te vi, sentado enfrente de mí, tus ojos brillaban como la estela del universo y me sentí caer a tus pies… embelezada por tus palabras, hinoptizada por tus sonrisas y prisionera de aquellos besos lejanos.
Recordé que el sol vuelve a salir cuando la tormenta pasa y la marea baja, llevándose con ella aquellos días tristes.
Me regalaste las ganas de sonreír otra vez, y de seguir creyendo en la gente aunque sea por un momento.
Reparaste por un instante mi alma desolada dándole brillo y esperanza, sacándola de la prisión de la decepción.
Ayer, mis sueños eran bocetos a medio terminar.
Hoy, en cambio, serán los pilares de mi existencia y ellos marcaran el rumbo de mi destino.
La luz de tus ojos seguirán siendo mi guía y mi universo será tuyo.
Gracias, con muy poco, me hiciste sentir una persona afortunada y liberaste a la mujer que había olvidado lo esencial de la vida, las ganas de volver a querer…

Griselda

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